Tu salud mental no sólo está determinada por tus pensamientos y emociones, sino también por tu entorno. Los espacios físicos que llamas hogar, las personas con las que interactúas y el mundo natural que te rodea tienen un profundo impacto.
En este artículo, vamos a desvelar las capas para explicar cómo el aire que respiramos, el suelo bajo nuestros pies e incluso los espacios donde trabajamos y descansamos pueden influir en nuestra mente y nuestro estado de ánimo.
Tu entorno natural
Exploremos los factores ambientales (a menudo pasados por alto) que influyen gradualmente en nuestro bienestar mental con el tiempo.
Agotamiento del suelo
El suelo no sólo es bueno para las plantas: nosotros también lo necesitamos. Piense en ello como un banco nutricional, que almacena y recicla nutrientes para las plantas que eventualmente llegan a nuestros platos. El suelo es rico en microbios que apoyan la producción de serotonina, la sustancia química que hace sentir bien al cerebro. Entonces, cuando nuestros cuerpos absorben estos microbios beneficiosos, se proporciona un impulso natural del estado de ánimo. Pero a medida que la calidad del suelo disminuye debido a la erosión y el uso excesivo, nuestro acceso a estos beneficios también disminuye.
Los suelos agotados y el rápido crecimiento de los alimentos vegetales producen cultivos que carecen de las vitaminas y minerales que necesitamos para una salud óptima. Desafortunadamente, la degradación del suelo (la pérdida de calidad y fertilidad del suelo) se está convirtiendo en un problema común debido a las prácticas agrícolas insostenibles y la deforestación. Cuando el suelo pierde sus nutrientes y estructura, afecta a las plantas que crecen en él, y estas consecuencias se extienden al aire que respiramos y a los alimentos que comemos.
Prácticas agrícolas modernas
Ese tomate jugoso puede parecer delicioso, pero probablemente no contenga la misma cantidad de nutrientes que hace décadas. En el pasado, las frutas y verduras rebosaban nutrientes vitales. Pero si avanzamos hasta el día de hoy, algo ha cambiado. Aunque los pesticidas y los fertilizantes sintéticos podrían ayudar a aumentar el rendimiento de los cultivos, conllevan importantes desventajas. Estos métodos agrícolas, los nuevos avances tecnológicos y los largos tiempos de transporte han erosionado el valor nutricional de nuestros productos.
Las funciones de nuestro cerebro prosperan gracias a las vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales para lograr el máximo rendimiento. Entonces, cuando estos elementos faltan en la dieta, nuestro bienestar mental podría ser el más afectado. Las deficiencias de nutrientes suelen ser la causa silenciosa de los cambios de humor, la ansiedad e incluso la depresión.
Contaminación
Desde los gases de escape de los vehículos hasta los residuos industriales vertidos por las empresas, la contaminación es un problema generalizado que nos afecta en múltiples niveles. Las partículas finas, que se encuentran comúnmente en el aire contaminado, pueden llegar a nuestro cerebro y provocar inflamación y problemas respiratorios. Esto puede preparar el escenario para el deterioro cognitivo y un mayor riesgo de problemas de salud mental.
El entorno de su hogar
A todos nos encanta un hogar limpio y con olor fresco, pero ¿alguna vez has considerado los químicos que se esconden en tus productos cotidianos? Muchos limpiadores convencionales incluyen ingredientes fuertes como el amoníaco, que libera vapores que irritan los ojos, la nariz y la garganta. Esto también se extiende a los productos de plástico del hogar, como botellas de agua y recipientes de alimentos que contienen BPA (bisfenol A) y otras sustancias químicas que pueden filtrarse a nuestros alimentos y bebidas. Los estudios han demostrado que la exposición al BPA puede interferir con los neurotransmisores del cerebro.
Es posible que, sin saberlo, te expongas a sustancias tóxicas incluso con solo realizar tu rutina matutina. Algunos productos de cuidado personal, incluidos champús, lociones y fragancias, contienen sustancias químicas nocivas como ftalatos y parabenos que alteran el sistema endocrino. Y cuando las hormonas se vuelven locas, se producen cambios de humor, aumento del estrés e incluso depresión.
Tu entorno social
Dicen que eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo. Estamos programados para las interacciones sociales; está en nuestro ADN. Su cerebro es una intrincada red de neuronas que se iluminan en respuesta a las interacciones sociales. Cuando te conectas con los demás, el cerebro libera serotonina y oxitocina. Estas hormonas ayudan a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. La oxitocina, a menudo llamada la “hormona del vínculo”, aumenta durante las conexiones positivas, fomentando la confianza y la resiliencia emocional.
Por otro lado, un círculo social tóxico puede provocar una tormenta mental. La teoría del "estrés social" explica cómo las interacciones negativas crónicas pueden aumentar la producción de cortisol, desencadenando una reacción en cadena que afecta nuestra salud mental.
Su ambiente de trabajo
Muchos de nosotros pasamos una parte importante de nuestro tiempo en el lugar de trabajo. La presión constante para cumplir con los plazos y el aumento de la carga de trabajo pueden contribuir al estrés relacionado con el trabajo que, si no se controla, resulta en agotamiento y otros problemas de salud mental.
Seis formas de adaptarse y crear un entorno saludable
Cada elemento juega un papel clave, desde el aire que respiramos hasta el suelo bajo nuestros pies. Lo bueno es que podemos tomar medidas para crear un entorno más saludable y enriquecedor.
Evalúe sus hábitos alimentarios:
Muchos, sin saberlo, consumen productos que roban al cuerpo nutrientes clave. Entre estos, los más dañinos incluyen el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, los azúcares refinados ocultos y los productos de harina refinada como pan blanco, galletas, pasteles, bizcochos y arroz y pasta refinados. Además, el estrés combinado con el uso de estimulantes comunes como la cafeína, el alcohol y el tabaco puede exacerbar aún más las deficiencias nutricionales y contribuir a los problemas de salud mental.
- Mejore su ingesta nutricional consumiendo diversas frutas y verduras.
- Tome un probiótico del suelo para favorecer la salud de las bacterias intestinales y proporcionar un entorno para la absorción de nutrientes. Esto también garantiza que su cuerpo obtenga todos los beneficios de sus mejores opciones dietéticas.
- En lugar de ceder a los antojos poco saludables, explore intercambios creativos de alimentos . Por ejemplo, intercambie productos de harina refinada por sus homólogos integrales: pan integral, pasta integral y arroz integral.
Tome un suplemento mineral líquido diario:
Dado que el mundo que nos rodea experimenta cambios rápidos, mantener nuestra salud requiere un enfoque proactivo. Nuestros cuerpos necesitan minerales esenciales para prosperar y estos nutrientes están estrechamente vinculados al medio ambiente. Desde suelos agotados hasta contaminación, nuestras dietas pueden no proporcionarnos lo que necesitamos para una salud óptima.
Ahí es donde intervienen los suplementos. Las fórmulas minerales líquidas incluyen nutrientes vitales como magnesio, zinc y selenio, que son fundamentales para respaldar nuestra función cerebral y proteger el cuerpo contra los cambios ambientales. Otros nutrientes beneficiosos que puede considerar agregar a su rotación incluyen:
- Vitamina D
- Zinc
- Complejo de vitamina B
- Probióticos a base de suelo
Tienda local:
El viaje de la granja al plato afecta la retención de nutrientes. Los productos orgánicos locales a menudo se cosechan en su punto máximo de madurez y no viajan muy lejos, lo que significa que pasan menos tiempo en tránsito y más tiempo absorbiendo todas esas vitaminas y minerales.
Por otro lado, los alimentos producidos comercialmente viajan en su mayoría largas distancias, pasando más tiempo en tránsito y, a veces, en almacenamiento en frío, lo que resulta en una pérdida de nutrientes. Además, los residuos químicos de estos productos también pueden interferir con la absorción de nutrientes.
- Seleccione productos etiquetados como "orgánicos" o "libres de químicos" para reducir la exposición a compuestos dañinos relacionados con los trastornos del estado de ánimo.
Elija productos limpios (¡o haga los suyos propios!):
Los productos limpios y ecológicos reducen nuestra huella de carbono y la carga tóxica en nuestro cuerpo. Considere la posibilidad de elaborar sus propios productos de limpieza y productos de cuidado personal utilizando ingredientes simples y naturales como vinagre, bicarbonato de sodio y aceites esenciales.
- Las sustancias químicas nocivas de los productos convencionales están relacionadas con la ansiedad, la irritabilidad y los problemas para dormir. Tome decisiones ecológicas seleccionando aquellas etiquetadas como "orgánicas" o "libres de químicos". Opte por productos almacenados en recipientes de vidrio o sin BPA.
- Elija productos para la piel que contengan únicamente ingredientes naturales y minerales. Estos productos tienen formulaciones suaves y no irritantes, lo que garantiza que su piel obtenga un brillo saludable sin sentirse pesada ni grasosa.
Conéctate con la Naturaleza:
Conectarse con la naturaleza es un camino directo para mejorar su estado de ánimo y su bienestar mental general. Los elementos naturales como la luz del sol, las plantas y los espacios abiertos desencadenan la liberación de endorfinas, promoviendo sensaciones de calma y relajación. Pase tiempo en la naturaleza, ya sea caminando por el parque, haciendo una pequeña caminata o simplemente descalzo en su patio trasero. Esto le proporcionará un descanso mental y le expondrá a los microbios beneficiosos del suelo que comentamos anteriormente.
Reorganiza tu espacio:
Un entorno desordenado no sólo es visualmente abrumador, sino que también puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad. Los investigadores han descubierto que el exceso de desorden puede provocar un aumento en la hormona del estrés, el cortisol, lo que dificulta la relajación y el descanso después de un largo día.
Tómate un momento para reflexionar sobre tu espacio. Los colores de las paredes, la forma en que las has decorado, la textura de la colcha: todas estas cosas aparentemente menores pueden afectar significativamente tu salud mental.
Pequeños pasos, gran impacto
Así como nos esforzamos por mantener una dieta equilibrada y una rutina de ejercicio para nuestra salud física, también debemos priorizar la salud de nuestro entorno. ¿Cómo afecta su entorno a su estado de ánimo y salud mental? Este autoconocimiento es el primer paso para crear un espacio más saludable. Al ser consciente de los productos que utiliza, los alimentos que consume y las actividades que realiza, contribuye a su bienestar y al de quienes le rodean.